domingo, 5 de agosto de 2012

Se trata de un trabajo de integración donde ganamos todos los involucrados"


La estrategia de construir un bloque  que puede proveer de energía y alimentos es muy significativo. Por eso el ingreso de Venezuela al Mercosur es histórico.

Por: Beatriz Paglieri (Tiempo Argentino-Suplemento Eco-5-8-12)


Entre la Argentina y Venezuela hay un trabajo muy importante desde 2004 con transferencia de tecnología en materia agrícola. Venezuela está haciendo una gran inversión en el sector. Por eso la situación está planteada en el sentido de una complementariedad productiva. Con esa idea se viene trabajando en el Mercosur y es una oportunidad para Venezuela y para el Mercosur. El potencial es muy importante.
Se trata de un trabajo donde ganamos todos. 
El convenio que se firmó el martes en Brasil, por ejemplo, es una señal muy clara de cómo se va a trabajar.  Venezuela no quiere ser un país que sólo produce petróleo y sus derivados. Este objetivo estratégico que tiene Venezuela de ampliar su espectro productivo es una oportunidad para la Argentina, que es proveedora de tecnología y conocimiento. 
La próxima semana arranca una comisión técnica en Buenos Aires y luego en Montevideo el 13 de agosto donde se hará todo el cronograma de desgravación arancelaria y de aplicación plena de la normativa Mercosur, que durará hasta diciembre.
Para la Argentina es mejor avanzar en negocios dentro del Mercosur. Ninguno de los países miembro está pensando en restringir el comercio sino en superar los desbalances aumentando el flujo general.
Buscamos desarrollar más mercados de manera bilateral e incluso como bloque. Nuestro próximo destino es Vietnam y tenemos una reunión comercial con Brasil. Estamos apuntando a los países árabes porque hay un cambio de paradigma. Estamos planteando una misión a China como bloque y, junto con Brasil, una misión a países de África. 
Hay que aclarar que los commodities no son sólo alimentos. Hay un interés común del Mercosur para defender sus precios internacionales porque los países centrales quieren poner un techo cuando el problema es su propia crisis. La presidenta, con razón, les dijo que la raíz de la crisis son sus políticas financieras. La experiencia del euro muestra que una moneda regional es una utopía innecesaria y que lo que prospera es el reconocimiento de las monedas locales.

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